Microcuento: Un desafortunado error

Siempre pensé en la política como en un pasatiempo que me librara de las tediosas tardes de labores y charlas de patio. Por eso, esta mañana, cuando me arrastraban escaleras abajo y me gritaron que me despidiera de mis parientes, lo único que pensé es que ha tenido que haber un desafortunado error.

Padre

Eres el refugio de las tempestades del día

Corazón grande

Mirada buena

Alegre tozudo

Compañero fiel

Eres el libro no escrito de la sabiduría

Indemne al rencor

Muro a la mentira

Enemigo de la envidia

Padre

Eres la mano que todos los niños deberían haber cogido alguna vez por el camino de la vida