Y llegados a este punto:
Aspiro a andar por la playa cualquier mes del año moviendo mi falda al vuelo, mojándome los pies en la orilla.
Aspiro a ignorar a la “mala gente que camina apestando la tierra”.
Aspiro a medrar en los negocios movedizos del amor incondicional.
Aspiro a dejarme convencer de que hay esperanza.
Ahora huyo de discutir con fantasmas inflados de nada, de las conversaciones vacías, de los ladrones de almas, de los vampiros insaciables de ilusiones.
Ya, a estas alturas de mi vida, solo me quedo con quien me quiera.
Y cuando pase mucho tiempo, quiero sentarme una tarde al sol suave del invierno del Sur y cerrar los ojos lentamente y así, sin más preámbulos ni aspavientos, irme tranquila
Como siempre, me dejas sin palabras y con el corazón en un puño.
Por cosas como estas, no clausuro mis redes.
ERES GRANDE MUY GRANDE
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¡¡¡¡Muchas gracias, Mila!!!
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